Dana: caridad en el Budismo
¿Dónde empieza el camino Budista?
El camino Budista busca eliminar el sufrimiento y su causa que es la toxicidad mental. El agente tóxico de la mente más engorroso es el apego a las posesiones materiales. Por esta razón el camino Budista empieza con el cultivo de la generosidad. Cultivar el hábito de dar y compartir limpia la mente de su estrecha y celosa avaricia hacia las cosas. Dar requiere al dador tomar en consideración las necesidades de los demás y esto promueve la empatía. La práctica de dar crea alegría en el dador e incrementa el sentimiento de amabilidad y apoyo mutuo en las familias y comunidades.
¿Qué determina la calidad espiritual de dar?
Intención es la clave de todas las prácticas Budistas. Un acto de generosidad motivado por el deseo de una recompensa, sea esta por un beneficio material, o por algo más intangible como la obtención de estatus, reputación, respeto o amor- tiene poco poder en la purificación de la mente. Dar en esta manera, de hecho, es un poco más que una simple forma de intercambio. Dar sin expectativas es fortalecedor, reduce los apegos y da cabida al incremento del auto-respeto y la alegría.
¿Qué es considerado más digno de elogio: dar a monasterios o dar a instituciones de caritativas?
Uno de los grandes discípulos laicos del Buda, Anathapindika, es visto como un modelo a seguir por los Budistas laicos. Él era renombrado por realizar ofrendas de limosna diariamente tanto a la orden monástica como a los pobres y necesitados. Los Budistas son alentados a apoyar sus comunidades monacales locales, pero sin descuidar su deber con todos aquellos que están sufriendo y en necesidad de asistencia.
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Fuente:
- Without and Within – Ajahn Jayasaro