El Budismo enseña el contentamiento. Pero si todo el mundo está contento con su vida, ¿Cómo el progreso humano podría ser logrado?
«La césped es verde, justo aquí.» – Por Molly en Buddha Doodles.
Las virtudes enseñadas por el Buda deben ser entendidas desde el contexto de su camino hacia el despertar. Siempre que el Buda hablaba del contentamiento lo emparejaba con una cualidad energética como la diligencia, la persistencia o la laboriosidad. Él era cuidadoso de dejar claro que el contentamiento no estaba de ninguna manera conectado a la pereza, y que no es otra palabra para la pasividad. Contentamiento, en el sentido Budista, debe ser apreciado a la luz de la importancia central que el Buda dio al esfuerzo humano. El Buda criticaba completamente las filosofías que promovían el fatalismo, y en una ocasión llego a comparar a las personas negligentes con cadáveres andantes. El contentamiento no socava el esfuerzo, en cambio sí asegura el mejor terreno posible en el que puede ser fundado.
Les seres no iluminados comúnmente sienten que se están perdiendo de algo, que aquellas cosas que no poseen los harán más felices que las cosas que ya poseen. Y aún cuando el deseo es realizado, la mente es saciada pero el sentido de escasez aparece inalterado por la experiencia, esta esperanza sobrevive. Aprender como apreciar los méritos de lo ya tenemos nos permite dejar las ansias, las frustraciones y los celos. Nos planteamos metas realistas y nos aplicamos diligentemente a crear las causas y las condiciones para la realización de esas metas. Pero el mismo tiempo, disfrutamos, dentro de los posible, de la situación presente. Por lo que sería muy triste poner todas nuestras esperanzas de felicidad en un futuro que nunca llega.
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Fuente:
- Without and within – Ajahn Jayasaro
