¿Qué el Budismo tiene que decir sobre la sexualidad humana?


Sexualidad en el budismoComo humanos la sexualidad tiene una sumamente fuerte y potencialmente perturbadora influencia en las relaciones humanas, el Buda enseñó que debe ser controlada sabiamente. Los Budistas laicos adoptan le precepto moral que les requiere abstenerse de todas las formas ilícitas de sexualidad; el precepto enfatiza el adulterio, pero incluye violaciones y acoso sexual. Los Budistas son alentados en tomar cuidado de sus sentidos y no ser indulgentes en visiones, sonidos, olores, gustos y tacto que sobre-estimulen el deseo sexual. El deseo por el placer sexual, cuando es complacido ciegamente, dirige hacia mucho sufrimiento, en algunos casos en traiciones de la confianza, destrucción de familias, ruinas financieras o actos de violencia. Las personas sabias ven el placer sexual como altamente adictivo y se regocijan en su libertad lo suficiente como para prevenir que el sexo monopolice sus vidas, e influencie sus decisiones de manera poco sabia.

El deseo sexual no es visto como malo en sí. Sin embargo, es visto como condicionado por la ignorancia de como realmente son las cosas. Por esta razón los meditadores son alentados a investigar su naturaleza. En uno de sus análisis sobre la ansia sexual, el Buda explica como el grado en el que una mujer está obsesionada con su propia feminidad condiciona su grado de atracción hacia lo masculino; y el grado en el que el hombre esta obsesionado con su propia masculinidad condiciona su grado de atracción hacia lo femenino.

Las enseñanzas Budistas no perciben las relaciones consentidas entre adultos del mismo sexo como algo inherentemente malo. Las sabias reflexiones del Buda sobre el deseo sexual son igualmente verdaderas y aplicables sin importar cuál es el género del objeto de tu deseo.

El deseo sexual disminuye con el progreso significativo en el Óctuple Sendero, ya que el practicante empieza a experimentar fuentes más satisfactorias de placer y relajación. El sentimiento universal de amor bondadoso y compasión sustituye el deseo por intimidad personal. La pasada fuerte atracción hacia la actividad sexual podría ser vista, en parte, como una actividad de sublimación, encendida por la falta de reconocer el deseo profundamente arraigado de liberación interior. El ‘arahant’ totalmente iluminado no experimenta ningún deseo sexual, y vive con un supremo e imperturbable sentido de bienestar.

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Fuente:

  • Without and Within – Ajahn Jayasaro