¿Por qué tanta sangre ha sido derramada en nombre de la religión?, ¿Ha el Budismo contribuido en este derramamiento de sangre?
Los seres humanos necesitan que sus vidas tengan un sentido, que tengan un significado y un propósito. Las religiones parecen suplir esta necesidad. Como consecuencia, la mayoría de las personas adoptan un determinado grupo de creencias religiosas o dogmas como infraestructura para entender sus vidas. Pero como existen distintos sistemas de creencias, y cada uno de estos tiende a afirmar que son los únicos poseedores de la verdad; el conflicto milenario entre los sistemas de creencia y las pasiones que estas engendran son inevitables. A pesar de la violencia “religiosa” que el mundo ha visto, la naturaleza de las necesidades humanas hace difícil que nos imaginemos un mundo sin personas que adopten un refugio en creencias dogmáticas.
Aún las personas que son determinadamente seglares o materialistas tienen las mismas necesidades psicológicas por estabilidad y significado. Ciertamente, estos pueden llegar a identificarse con sus propias perspectivas y creencias tan tenazmente como los convencionalmente religiosos. No es difícil encontrar ejemplos actuales de creencias políticas y hasta teorías científicas cayendo en las trampas del dogma.
Los Budistas se enorgullecen de que en sus textos no se encuentra ni una sola frase que justifique el derramamiento de sangre ni de tan solo una gota. En algunos lugares, sin embargo, los textos permanecen sin ser leídos y sus lecciones sin ser enseñadas. En el mundo de hoy en día, una pequeña minoría de hombres vistiendo hábitos Budistas utilizan su autoridad para agravar en vez de aplacar las disputas éticas y territoriales, mientras que el resto del mundo Theravada mira con consternación.
Aun así, las enseñanzas Budistas ofrecen un camino fuera de la violencia religiosa. Estas aseveran que el camino hacia la verdadera seguridad y significado reside en nuestras acciones de cuerpo, habla y mente, más que en las creencias. La fe debe ser puesta en nuestra capacidad para cambiar, la cual puede ser puesta a prueba, en vez que en el dogma- con la cual no podemos [cambiar]. En el esfuerzo de educar sus comportamientos, emociones y entendimiento, los seres humanos pueden encontrar un propósito que no genere un sentido de alienación con aquellos que no comparten su compromiso.
Más preguntas y respuestas AQUÍ
Fuente:
- Without and Within – Ajahn Jayasaro