-Evidencia arqueológica provee una fuerte prueba empírica del Buda como figura histórica.
-Muchos monasterios y ciudades mencionadas en los discursos del Buda han sido ubicados.
-Reliquias del Buda han sido recuperadas de los sitios mencionados en los textos.
-El independientemente datado emperador Asoka talló e inscribió columnas de arenisca erigidas a través del todo el vasto imperio –muchas de las cuales sobrevivieron hasta hoy en día- las cuales hacían referencia directa del Buda.
-Hay mucha evidencia circunstancial en los textos primarios.
-La cohesión y la falta de contradicciones internas en los discursos del Buda junto con la detallada prescripción para los ordenamientos del cuerpo monástico encontrados en los ‘libros de disciplina’, apunta fuertemente a un solo autor.
-Por supuesto, evidencia física y lógica deja espacio a la duda. En una ocasión, el Buda dijo: “quien sea que vea el Dhamma, me vera a mí”. En otras palabras, verificar la verdad de las enseñanzas en nuestra propia vida es, en la perspectiva Budista, la forma más fiable para la confirmación de la existencia del Buda.
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Fuente:
- Without and Within – Ajahn Jayasaro