El príncipe Siddhartha era un ser humano. En la noche cuando realizo la suprema iluminación se convirtió en el Buda, y desde ese momento no era más un ser humano -en el sentido normal del término-. Para los ojos no iniciados, el Buda parecería como un inmensamente carismático líder religioso, uno quien murió una muerte humana normal a la edad de ochenta. Aquellos con facultados más desarrolladas, sin embargo, estaban conscientes de que ninguna apariencia externa, ninguna palabra, concepto o categoría podría siquiera aproximarse a expresar la grandiosa y perdurable naturaleza de la Budeidad.
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Fuente:
- Within and Without – Ajahn Jayasaro