Hace unos 2,600 años un niño nació en la familia real del clan de los Sakya, personas que vivían al noreste de la India por donde actualmente hoy en día se encuentra Nepal. A este niño se le dio el nombre de Siddhartha. A la edad de 29 años, el Príncipe Siddhartha renuncio a su vida privilegiada de comodidades por buscar la liberación espiritual. Seis años después, luego de una noche de meditación intensa sentado con las piernas cruzadas bajo un árbol Bodhi, realizó ‘el insuperable completo despertar’. Al lograr esto se convirtió en “Buda”, “el iluminado”.

Luego de su iluminación, el Buda dedico los restantes 45 años de su vida a revelar el Dharma: la verdad sobre ‘como son las cosas, y el camino que guía a la realización de esa verdad’. Durante este tiempo el Buda fundó la orden monástica (Sangha) para aquellos que eran sus discípulos, hombres y mujeres, que deseaban dejar los ajetreos de la vida mundana para dedicarse con un corazón puro a estudiar y practicar sus enseñanzas.

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